A pescar con mi abuelo
En la playa San Miguel, como Miguel también se llamaba mi abuelo, me llevaba a pescar muy cerquita del Cabo de Gata.
Anjova, listado y algún palometón era lo que sacaba mi abuelo en las costas del Mediterráneo, mientras yo juntaba almejas, y cascarones de caracoles, con el eco de la radio en una emisora local, escuchando a nuestro Almería F. C., o a nuestro mejor representante costero, el Barcelona de aquellos Sadurní, Benítez, Gallego, Foncho, Montesinos y Torres; Rifé, Muller, Vidal, Fusté y Zaballa.
Éramos provincianos con nuestro Almería, y nacionales con el Barca. Como sucede también allá, en Argentina, con los Boca-Talleres, River-Gimnasia de Jujuy, o Independiente-Desamparados de San Juan, o San Lorenzo-Belgrano y Racing-Chaco For Ever.
Anoche mucha gente, por acá, no durmió. Mucha gente ha sufrido dolores de panza, y los sigue padeciendo. Tales dolores son productos de los empachos, con lo que fuese que los provoque, chocolates, frituras, o goles.
Sí, los goles también lo pueden provocar empachos. Y lo han provocado en el día de ayer en alguna cancha por Lisboa.
Los jugadores, dirigentes, y toda la afición del Barcelona, no han podido dormir de la mejor manera anoche a causa de la goleada propinada por el Bayern de Múnich, hasta causarle un verdadero empacho, no solo de goles, además de fútbol.
Por Madrid esta goleada se ha tomado como un tonto consuelo luego de que los merengues también fueron echados de esta Champions League, esta vez en manos del Manchester City de Guardiola, justamente, archienemigo de los capitalinos españoles.
Pero el empacho está, y no hubo litros de té de manzanilla, jengibre con limón, ni las manos de alguna curandera tirando los cueritos para hacerlos “sonar”, y así desempacharlos.
Hoy, pos goleada, han amanecido de igual manera, ¡qué revientan de goles estos tíos! ¿¡Pero qué coño han hecho estos defensores culé!?
Pero el día tiene veinticuatro horas y desde Lisboa, a estas horas de la noche han llegado los ecos de más goles, de los goles de Lyon francés, eliminando al City de Pep, también echado de una nueva Champions luego de gastar casi ochocientos millones de euros para intentar terminar con la obsesión, pero no hubo caso. También a casa los ingleses, o los pocos ingleses, si es hay alguno, que juegan en el Citizen.
Los culés, ya en madrugada del domingo, se están sintiendo un poco mejor, y no por el mal trago del Manchester City, o tal vez sí; se están sintiendo con menos dolores de panza, e ilusionados, al saber que Pep Guardiola, luego de otra frustración continental, podría volver al banquillo del Camp Nou.
El míster tiene contrato con los celestes de la isla de la reina, pero soñar no cuesta nada, y un buen guiño de Messi, podría volver a entusiasmarlo.
Ojalá regrese, para que estos dolores de empachos se les vayan al blaugrana.
La pesca de mi abuelo ha sido abundante, pero lo mío, juntando almejas, no ha sido muy productivo, y por acá, cada uno come lo que pesca.
Mu abuelo Miguel, también Miguel, como la costa, y algunos Migueluyos más, se cocinara un abadejo con patatas al horno.
De mi parte, y mirando al futuro, me pediré al delivery un buen, y jugoso, bife de chorizo, para comerlo en la terraza, mirando al sur. Al sur que también existe.
Espero no empacharme.
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