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Foto del escritorPato Ramón

Mis 15

Se ha dicho que la vida, la vida absoluta, la que realmente importa, es el tiempo que transcurre durante los treinta días de un mundial de fútbol. A lo que le agrego, que siendo así, en verdad no tenemos tantos años, porque solo los celebramos cada cuatro, como si hubiésemos nacido en año bisiesto, un 29 de febrero. Entonces un Mundial, equivale a cuatro años. Por lo tanto, los hombres, los hombres y mujeres del fútbol, somos beneficiados con esa ecuación.


Por lo tanto, lejos de decir que estoy cumpliendo seis décadas, prefiero jactarme que solo tengo 15 mundiales vividos.


No todos los mundiales los viví de la misma manera, es lógico. Es como la vida misma. Los años te van dando paciencia, sabiduría, distintas perspectivas según la edad que vamos teniendo. Las pasiones van creciendo a medida que los protagonistas van teniendo los mismos años (o mundiales), que uno. Esa misma pasión que va disminuyendo cuando algunos demuestran que no merecen vestir la celeste y blanco.

Los dos los primeros mundiales (1962-1966) los viví “de oído”, podría decir. Sabía lo que escuchaba desde adentro de la cuna, o lo que algún padre comentaba camino al jardín de infantes. Fui aprendiendo por lo que escuchaba, por lo que comentaban, o por lo que leía, cuando aprendí a leer, y podía saber lo que sucedía en el tercero (1970), o ver en algún televisor vecino. De ahí en más (1974), fue distinto, los veía por la tele, y ya no necesitaba que nadie me dijera cómo jugaba tal o cual jugador, menos cómo jugaba mí ídolo, aquel que vistió la #6 en el mundial de Alemania 1974. Llegaron los mundiales a pura pasión (1978-1982-1986-1990-1994-1998). Luego todo cambió, demasiados fracasos (algunos muy estrepitosos, 2002, 2018) como para esperanzarme en alguna nueva alegría. Sólo aquel de Brasil (2014) nos dejó la boca con gusto a algo. Qué pena, que cerquita que estuvimos. El siguiente (2018), cero expectativa, vergüenza nacional.


Y de ahora en más…, naaaaa, déjame con aquellos grandes recuerdos, y que los jugadores se encarguen, si pueden, de engrandecer la historia del fútbol argentino. Solo ellos pueden hacerlo.




Flashes de mis 15 mundiales


Chile 1962 - Sería inimaginable que hoy Chile organizara un Mundial. Chile lo hizo posible, y Brasil volvió a coronarse por segunda vez de manera consecutiva tras su logro en Suecia cuatro años antes. Lo gano Brasil, y por añaduría, Pelé (aunque poco es lo que jugó y aportó), siendo Garrincha (también Vavá) la gran figura del torneo, con un país local en un irrepetible tercer puesto, comandado por Fernando Riera. ¿Argentina? Décimos cómodos, aturdidos todavía por el papelón en Suecia luego de la paliza de Checoslovaquia.

Todo lo anterior, lo leí tiempo después. Durante el Mundial de Chile 1962. Es que no me dejaban salir de la cuna.

Argentina 10° (Primera fase)


Inglaterra 1966 - ¡¿Animals, animals, animals?! Escuchaba que repetía mi padre, una y otra vez. “¡¿Quién se creen en esos ingleses?! Ellos inventaron el reglamento del fútbol, pero la buena manera de jugarla, la creamos nosotros, los sudamericanos”, terminaba, así, desafiando y respondiéndole al relator que traía los partidos a través de una radio eléctrica, y de la que se escuchaba que un tal Rattín había sido expulsado, y se retiraba despreciando a la insignia británica del banderín del córner. Luego el mito dirá que se sentó en la alfombra de la reina Isabel tomándose una Bilz de naranja, y admirado por George Best.

Me iba caminando al jardín de infantes de la escuela Provincial de mi pueblo, pensando que los países del mundo, eran los que jugaban el mundial.

Argentina 5°.



México 1970 - Otra vez Brasil. Esta vez con el mejor equipo de todos sus mundiales. Como dicen los jurados, ¡10, 10, 10, 10, 10! cinco #10 para una actuación, aún, inigualable. Recuerdo muy bien el gol de Carlos Alberto en la final frente a Italia. La Copa Jules Rimet, ya no se disputaría más. Brasil se la había apoderado para toda la vida con su tri campeonato.

¿Argentina? En casa, bien. Los peruanos (luego de aquella eliminación en cacha de Boca), volvieron a ser nuestros hermanos. Un año antes el hombre hacía jueguitos en la luna (dicen), y nosotros no pudimos ir a este primer México. Era muy pibe en aquel momento. Con el tiempo me di cuenta que no fuimos a México ’70 porque no estábamos preparados para una gran actuación en aquel país (la que con el tiempo llegaría).

1970, al fin en nuestra casa propia, aunque la escuela se alejara a doce cuadras (en un pueblo esa distancia es casi salir de la provincia)


Alemania 1974 – Cruyff y Beckenbauer. Recuerdo el gesto desairado, y sin saber cómo pararlos. Las gesticulaciones de Perfumo hablando con Carnevale en el partido ante Holanda, para que demorara en ir a buscar la pelota, y evitar más goles de los 4 que la Naranja Mecánica nos habían metido. La comparación del largo de la melena del Ratón Ayala, con la de la Reyna de Inglaterra. El fin de la desorganización en nuestra Selección Argentina. (que regreso en el Mundial Rusia 2018) Esos son los flashes que recuerdo ahora de mí cuarto mundial. Alemania campeón con los grandiosos Maier, Breitner, Netzer y Muller. Holanda comenzaba con los subcampeonatos (sino fue aquella vez…). La última pelota con cascos pintados de manera hexagonal.

Mi primer Mundial de adolecente. Tiempos en que me disfrazaba de Brindisi, con su, injustamente, único Mundial.

Argentina 8°.


Argentina 1978 - La ceremonia inaugural, imposible olvidarla. Con los chicos haciendo aquellas formaciones. El buzo #5 verde de Filloy. La inédita #1 de Alonso. El Gordo Muñoz. Las camisetas que Kimberley le prestó a Francia para jugar contra Hungría. La mano de Kempes, y todos sus goles. El córner, y gol, de Brasil, contra Suecia, anulado en el aire, 1-1. El espectacular gol de Nelinho, otra vez a Dino Zoff, casi repitiendo aquel de Carlos Alberto, también a Italia en tierras aztecas. El gol mil de los mundiales anotado por Holanda en Mendoza.Los cigarrillos de Menotti. El golazo de tres dedos de Cubillas por afuera de la barrera a Escocia, acá, en el Chateau Carreras. Un clásico mundial, Alemania-Holanda en Córdoba. Los dolores de Leopoldo Jacinto Luque (en cuerpo y alma). El yeso del mellizo holandés, Rene van der Kerkhof. Más atajadas de Fillol. Más goles de Kempes. La respiración que se corta por el pelotazo en el palo del holandés Rensenbrink. El abrazo del alma entre Tarantini, Fillol y el hincha, Víctor Dell’Aquila. Clemente y Caloi, incitando con su humor a tirar papelitos, con una mulatona para el infarto. El frío en aquel invierno en que el fútbol tapaba todo, y los desaparecidos ya no podrían ser escondidos. La tristeza en el tiempo por los militares y su opereta de aniquilación. Las dudas de la goleada a Perú, que para mí sigue siendo legítima. Pasarella, el Gran Capitán, y la primer Copa del Mundo para nuestro país. Las caravanas que terminaban llenando las plazas. Eran mis últimos años en la comercial Miguel Cané. Había nacido la pelota con música propia, La Tango.

Ya jugaba campeonatos por plata con los grandes de mi pueblo, y Kempes es de lo mejor de nuestra historia futbolera (tal vez un poco olvidado, allá)

Argentina 1°.


España 1982 - Llegamos como los campeones del mundo. Nada era eso, sumábamos a Díaz y Maradona como si fuera poco. Un fiasco. Bélgica primer cachetazo. Baile con Brasil, para que Italia, campeón del torneo, nos mandara de regreso con nuestra soberbia. ¡Como jugaba Paulo Roberto Falcao! Fue el mejor Brasil que vi, lástima Waldir Peres, su arquero. La inocencia de los haitianos en su único mundial. La patada de Maradona al brasilero Batista. El festejo desenfrenado de Marco Tardelli. El goleador, Paolo Rossi. Había pasado la colimba el año anterior, y estaba en mi primer trabajo serio aportando para la colecta de los pibes de Malvinas.

¡Qué desastre!!! Jugábamos un Mundial en plena guerra. Algo parecido ahora con la Copa América y la pandemia del Covid 19.

Argentina 11°.


México 1986 - Nuevo DT. Nuevo capitán. Las esperanzas de siempre, ahora con el que ya era el mejor del mundo, Maradona. De punta a punta. Equipazo. Las patadas de los coreanos y de Barrios (y de todos los otros) La caricia en el gol a Italia. La mano de Dios. Víctor Hugo. El gol del siglo. El gol y el dedo del Tata Brown. La nuca del Vasco Olarticoechea para salvarnos ante Alemania. Queriendo haber estado en el lugar de Cejas, aquel que llevaba en anda a Maradona. La paliza de Dinamarca a Uruguay. El cordobés del pecho inflado. El frío del domingo 22 de Junio, jugando un partido a las 8 am con el 9 de Julio de Morteros para poder ver Argenttina-Inglaterra. El recuerdo para los Héroes de Malvinas. Jugadores Héroes también. La felicidad del pueblo argentino en cada plaza gracias al fútbol, el país en una crisis (otra más) terminal. La Copa Dorada, la última que vi y veré, que levante un capitán argentino.

El Mundial que más viví.

1986, aquel año del Mundial de México que tanto me dio. Aquel año 1986 que tanto me quito (“Diego Armando Luyo”, un cuento haciendo referencia en mi libro, “Dos de Avellaneda”).

Argentina 1°.


Italia 1990 - "Un estate italiana", el tema musical, el mejor de la historia de los mundiales. La ausencia del Pelado Díaz. El buzo de Goycochea. Las manos de Goycochea. Frank Rijkaard escupiendo a Rudi Voller. La patada del camerunés a Maradona. A Caniggia. Al que se cruzara. Otra derrota en el inaugural como campeones. Bilardo quería tirar el avión. El dedo de Pumpido. La quebradura de Pumpido. El gol de Caniggia a Brasil. El tano Toto Schillaci, un ignoto goleador. El gol de Caniggia a Italia. La mano de Caniggia ante Italia. El tobillo pomelo de Diego. La zapatilla rota por la uña aún más rota. El festejo de Ruggeri al finalizar el partido con Brasil y el llanto de la rubia brasilera. La limusina con la Nannis. El bidón de Branco sin Gatorade. El odio italiano. El amor napolitano. La final con un equipo deshilachado. El vergonzoso Codesal. El penal a Calderón. El no penal a Klinsmann. La alegría de la FIFA por el llanto de Maradona. Me sigue doliendo el llanto de Maradona recibiendo la medalla plateada. El balcón en la Rosada, las plazas otra vez colmadas, más con orgullo que de alegría. Bilardo, doctor, campeón y subcampeón. Definitivamente Héroes. Él y los suyos. Maradona cada vez más grande.

Me dejo muchas cosas aquel Mundial de Italia, hasta la pena de haber sido mi primer mundial sin mi papá.

Argentina 2°.


Estados Unidos 1994 - Fueron a buscar a Maradona para entrar por la ventana tras ganarle a Australia. El café veloz. La FIFA necesitaba al mejor del mundo para iniciar el torneo con una estrella. El golazo a los griegos. La ilusión por el equipo que teníamos. El “Diego, Diego…”, de Caniggia a Maradona para hacer el gol a Nigeria. El gol en contra del colombiano Escobar, que luego le costara su vida al ser asesinado. Colombia, y la realidad mundial que no conocía. Bolivia ante Alemania, Corea del Sur y España, sus últimos partidos en un Mundial. La enfermera de la mano con Diego camino a otra vendetta de la FIFA. La efedrina. A buscar en los libros qué era, y cuánto mejoraba la condición física. Otra mentira del poder. Las piernas cortadas tras el anuncio de Maradona. Llano interminable. Íbamos camino a otra Copa del Mundo. Fue la mejor Selección Argentina, por su manera de jugar. Rumania nos despidió en octavos, no podían levantar las piernas (las piernas cortadas). No podíamos con nuestra alma.

Mi último mundial como hincha pasional de la Selección Argentina.

Argentina 10°.


Francia 1998 - Otro equipazo. Passarella, Redondo. Las gorritas. Las lonas. Las conferencias de prensa. Cabello corto, rinoscopia. Pavadas de un régimen militar. Los goles de Batistuta. El cabezazo del burrito Ortega a Edwin van der Sar, el arquero holandés. El golazo de Dennis Bergkamp en las narices del bueno de Ayala. La camiseta mantel de Croacia. Davor Suker, el goleador. La actuación del equipo de Paraguay ante Francia. Las postales nocturnas parisinas que mostraban los corresponsales. La guerra de Nike y Adidas. La final con el gordo Ronaldo lesionado. Francia campeón por primera vez, de local, sin haber participado en los mundiales 1990 y 1994. Zinedine Zidane y Lilian Thuram, lo hicieron posible después de cincuenta años.

Estábamos para más. Otra frustración, pero ya no dolía.

Argentina 6°.



Corea – Japón 2002 - Por primera vez un Mundial en dos países. La lista de convocados de Argentina, con algunos notables ausentes. Bielsa con su sabiduría y sus caprichos. Caniggia sí, Riquelme no. Llegábamos como el #1 por la eliminatoria que habíamos hecho (12 puntos de ventaja al segundo). La terquedad, y la inflexibilidad, de Bielsa al no poner un minuto a Batistuta y Crespo juntos, siendo que se volvían en primera vuelta. El maltrato hacia el “inglés” Verón yendo desafiante a patear un córner. Caniggia expulsado en el banco de suplentes. El llanto de Batistuta. Samuel, Ayala, Pochettino, Sorin, Zanetti. Último Mundial con tantos defensores de jerarquía. Suecia nos dio el golpe de gracia (aunque fue empate 1-1) para volvernos, por primera vez en mí historia, en primera ronda. Fue una catástrofe casi, justamente como la de Suecia 1958. Comenzaron con el “que se vayan todos”. Brasil, terrible campeón, con un Ronaldo (el verdadero), extraordinario. Quinta corona. Un Brasil en “Re” mayor (Ronaldo-Ronaldinho-Rivaldo-Ricardinho-Roberto Carlos-Rogério Cenit-Roque Júnior)

Capaz nos falto Riquelme.

Nadie lo sabía, pero comenzaba la era Messi.

Argentina 18° (Primera fase)



Alemania 2006 - Una buena Argentina con la base de los “Péker boys”. Goleada a Serbia y Montenegro (6-0), con el mejor gol del campeonato (Cambiasso) Con la #19, Messi juega sus primeros 16 minutos en un Mundial de mayores. El argentino Elizondo dirige el partido inaugural. Otro golazo de la Fiera Rodriguez para dejar, nuevamente, a México afuera. El arquero teutón Lehmann, y el machete en los penales. El penalero Abbondanzieri sale lesionado. Por cambios equivocados, y el código penal alemán, nos volvemos a casa con Messi mirando desde el banco. El tano Materazzi y la hermana de ZZ. Zinedine Zidane lo ajusticia con un certero cabezazo. Penal a lo Panelka en la final Italia-Francia. Alemania y su impotencia de quedar eliminada de local. El argentino Elizondo dirigió el partido final.

Al menos, Italia Campeón. Mi selección europea favorita, siempre.

Argentina 6°.


Sudáfrica 2010- La corta era Maradona. Selección del Interior, con el hoy memorable Pulga Rodriguez. Una pelota para la playa, la Jabulani, indomable como una leona en su tierra. Maradona y la decisión de poner a Otamendi. Primera fase, muy dulce, con gol de Palermo inclusive. Las actuaciones de Otamendi, que se siguen repitiendo. Trompadón táctico de Alemania (una vez más), 0-4, de regreso buscando excusas. El partido Uruguay-Ghana. Con todos los condimentos: la mano de Suárez (como Kempes en el Mundial 1978), atajando la pelota viajando al gol, y el penal errado por el ghanés en el último minuto del suplementario. Otro penal a lo Antonín Panenka del loco Abreu en la definición ante Ghana, pasando a semifinal. La patada de De Jong al español Xabi Alonso, para otra Holanda sub campeona. Forlán, el mejor del Mundial.

Adiós a la Furia Roja. España Campeón con el fútbol del tiki tiki y el “nacimiento” de la posesión.

Argentina 5°.


Brasil 2014 – Brasil de local, buscando ocultar el inolvidables Maracanazo del ’50. Argentina con el SEÑOR Sabella de DT. Messi queriéndose meter en la historia grande del fútbol en un Mundial casi de local. Argentina no aparecía, pero avanzaba. El chorro de agua del loco Lavezzi. Nada del Kun, poco del maltratado (inmerecidamente) Pipita. El gol de palomita del holandés Van Persie a España que se transformó en moneda. Los fan fest. La mordida de Luis Suárez a Chiellini. El, “…Brasil decime que se siente…”. Bien Chile. Bien Colombia. La lesión de Neymar. Mejor el tico Ruiz, y su selección costarricense. El cruce de Mascherano a Arjen Robben y el “…te convertís en héroe”. Y Chiquito Romero terminó héroe. El papelón de Brasil. El 7-1 de Alemania. Otra Argentina – Alemania. Era por abajo. El penal a Higuaín. Otra derrota en una final. La mirada de Messi a la Copa del Mundo. Era su Mundial, no pudo, no supo, no lo ayudaron. El Gran Sabella.

Junto a España 1982, los mundiales más lindos que vi.

Argentina 2°.


Rusia 2018- Argentina con un cuerpo técnico que nunca estuvo a la altura de los pergaminos de la Selección. Un DT casi impresentable. Me corrijo, impresentable. Papelón Mundial, dentro, y fuera de la cancha. Ni a ¡Islandia! le ganamos. Croacia asomaba como candidata, y nos goleaba 0-3. Pitana dirige el partido inaugural. El dorsal con el #7 de Kylian Mbappé inalcanzable para los lentos perseguidores. ¡Lo que jugó Luka Modric! La tristeza que el próximo Mundial será en Catar, solo por el petrodólar, sin merecimientos ni tradición deportiva. La alegría de ver a Gareca en un Mundial, luego de aquel gol del ’86, y su desafectación del plantel. Pitana dirige el partido de la final.

Ahora sí, Francia Campeón con todos los méritos (propios)

Argentina 16°.


Se viene Catar 2022, pero ése será otro ciclo de mi vida.


Se viene una Selección Argentina con muchos recambios. Con Messi, tal vez, como el último sobreviviente activo de verdad para una Selección Nacional. Con Scaloni como DT aprendiendo a ser DT, ni más ni menos que dirigiendo a una potencia (¿aún somos potencia?) del fútbol mundial.


15 Mundiales. 60 años de mi vida. Una vida lleno de fútbol.


¡Feliz cumpleaños!


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