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  • Foto del escritorPato Ramón

Hoy no es domingo

Hoy no es domingo

No sé si es domingo.


-¿Qué día es hoy Tincho?


**Domingo ‘pa, ¿por?


-Por nada hijo.


-¿Estás seguro que es domingo?


** ¡Y sí! ¿O acaso fuiste a trabajar esta mañana?


-Tienes razón.


El almanaque no lo dejaba mentir a mi hijo, era domingo. El séptimo día de la semana, pero se sentía raro, no sé, no era como otros domingos. Le faltaban cosas, el condimento que siempre tenía. Ese sabor que solo nosotros podemos distinguir.


Era domingo. Domingo, día de guardar. Guardar herramientas, libros, juegos de mesa, y cualquier otro elemento que te pudiese distraer de lo más importante que puede, y debe ofrecer un séptimo día.


Era un domingo muy distinto, era como comer asado sin vino. Tomar mate con chuquer, o beber Coca desvanecida. Este domingo no tenía el mismo sabor al que estaba acostumbrado a disfrutar.


Ni siquiera la radio, y menos la tele, tenían una programación acorde al día que era. Hablaban nerviosamente, y de manera angustiante, de otras cosas, informando sobre la pandemia que estábamos padeciendo, aun cuando recién había llegado. Pero en Asia y Europa la situación estaba complicada. Demasiada embarullada.


Tantos chinos hacia los pinos estaban llevando, y muchos más en los hospitales, que tal vez porque son cientos de millones, algunos no les daban la importancia que merecían. Pero un muerto es un muerto. Acá, en Europa o en la China.


También en la zona de Lombardía la están soportando, y en Bérgamo, ahí cerquita nomás, están arrodillados ante esta calamidad, tan es así, que es el mayor centro de decesos de Italia. Comunican que están encerrados, y que comencemos a hacer lo mismo por acá.


Ya no se ve el baile del Papu Gómez, ni las genialidades de La Joya de Río Segundo (Dybala). Tampoco las redes, de piolines, se inflaban con los goles del Pipita Higuaín, ambos acuartelados en Turín. Y tantos otros que veíamos cada fin de semana por la caja boba sin poder asomar la nariz. Pero hoy nada de eso estamos pudiendo ver de los players. Entonces durante toda la semana algo se había modificado, porque de lunes a lunes estaba acostumbrado a que la pelota rodada, sin importar las categorías, el nivel de competencia, si era simpatizante, o no, de los equipos que jugaban, y ni siquiera me preguntaba si eran partidos del Calcio, la Concacaf, o si era el Toronto contra el Chicago Fire jugando un partido de la MSL.


Acostumbrado a pensar en las mañanas de los lunes, que a la noche estaban los dos últimos partidos de la fecha de Primera, y algún partido del Nacional B.


El martes comenzaba con algún partido de Copa Argentina, y tal vez, también, algún adelanto de la Copa Libertadores de América.


La movida del miércoles iniciaba temprano, con los de la Champions League, por la tarde, y por la noche de nuevo Copa Libertadores.


Jueves era de la Europa League, mateando por la tarde; y la cena con algún partido de la Copa Sudamericana.


El viernes, con un vermú y picada tempranera incluida, los dos primeros encuentros de una nueva fecha de Primera del torneo argentino.


Los sábado desayunaba con uno de la Premier inglesa o la FA Cup, almorzaba con el Calcio; sobre mesa con alguno de la Liga A de Francia, unos mates con chipas esperando el primero de la liga local o Nacional B, para pensar en prender el fuego y cerrar con otro partido de alguno de los grandes de acá.


Y el domingo, ¡aaah, el domingo llegaba al fin!!! era el día esperado. Premier, Calcio, Liga A, por ahí se metía el Ajax, LPF de España, la ex Súper Liga, y los de la MLS a cada rato. A todos eso le sumaba los de la Bundesliga (que miro pero no escucho), alguno de los cariocas, y si sobraba tiempo algún "review" en Expediente Fútbol de los años 80/90.


¡Qué semana, papá!

¡Qué domingo que me esperaba!!!


A eso llamo estar organizado con los tiempos. Nunca entiendo a los que dicen, “uuuy, me aburro, nada para ver en la tele”. ¡Por favor, ¿en qué canales buscan entretenimiento?! ¿En el canal Volver, en Paka Paka, CNN? Si es así, no entienden lo que es estar entretenido.


Pero claro, este era otro domingo. De los que no recuerdo haber padecido.

Un domingo inesperado. Un domingo que no sabía qué hacer, hacia dónde ir. Y en realidad, no debía hacer ni ir hacia ninguna parte.


Un domingo en que la bola no podía ni debía ser chutada. Alguien desde La Rosada no quiso que parara la bola, pero los muchachos, los verdaderos protagonistas no se animaron a caminar el pasillo del túnel, manga mediante, para pisar el verde césped. No quieren arriesgar. No deben arriesgar.

Es lógico, esta complicada el trance. Mejor una pausa, como hacen los que saben. Pelota bajo la suela, que corran los minutos (las horas, los días…), tranqui, que pase el temblor, que ojalá sea solo eso, un temblor, y no un verdadero terremoto devastador como está sucediendo por otras latitudes, como en Europa, delatando el origen de todo este mal en su etiqueta en la que se lee, “made in China”.

Nunca me agradaron los chinos, te digo más, desde Kung Fu para acá, es que me erizan la piel al momento que los veo, o los escucho, porque no les entiendo ni cuando nos copian algún cordobesismo, y les sale un abierto… “cuelao”, sabiendo que debe terminar en “…liado”, o “…liadazo”, en su defecto. Pero bueno, hacen lo que pueden con su mandarín cordobés.


Pero en esta ocasión los bancos, porque mi vieja dice, “pobre los chinitos, están asustados”, y como ella es clienta fija del súper que tiene al frente de su casa, es que los compadezco con este azote que están afrontando, y que se destapo por allá, en el lejano oriente, y ya llego a estas pampas, tristemente.

Igual, más allá de lo que siento y pienso de los chinos, y aunque hayan inventado la imprenta, el papel, la pólvora y la brújula, o la porcelana, por favor, pónganse las pilas con la vacuna anti corona, y reviertan esta situación, porque un domingo más sin fútbol, será mi peor pesadilla.


¡Te quiero Kwai Chang Caine!!! Pero termina con esta peste.


Aunque, a decir verdad, que chiquita que quedo la pelota esta vez ante este triste y desolador panorama, que solo lo vamos a revertir, únicamente, entre vos y yo, cuidándonos.


Cuídate. Cuídame. Te cuido.





3/2019

@patoranon6

Pato Ramon

pato__ramon

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