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Foto del escritorPato Ramón

Humano vs. Robot


Las comparaciones son odiosas, dicen, pero a veces muy necesarias. No debe molestar a nadie compara tal o cual cosa, o una persona con otra. Un profesional, un artista o un deportista no deben molestarse al ser parangonado, total, si lo hacen es porque los protagonistas son famoso, capaces, equivalentes y reconocidos por la disciplina en la que se desempeñan, entonces, pasan a ser personas públicas.


A lo largo de estos últimos quince años han aparecido dos seres que, inevitablemente, han sido examinados de manera muy meticulosa en cada una de sus actuaciones, ya que coinciden en la disciplina, obviamente, y hasta en su rol y función dentro del esquema al que pertenecen.


Ambos practican el deporte más maravilloso y casi perfecto que el hombre ha inventado. Los dos internacionales defendiendo a la camiseta de sus países jugaron durante muchos años en la misma liga, y por consiguiente, fueron valorados y criticados por los periodistas de un mismo país, más todo el comité de habladores y escritores que en cada rincón de la tierra habitamos.


Se habla, y habló, demasiado ya de estos dos deportistas, pero es mucho más lo que se hablará en el futuro cuando el mito en el que cada uno se va a convertir con el correr de los años se agigante, más aún por aquellos que nunca los verán jugar.


Ronaldo y Messi. Cristiano y Lionel. El portugués y el argentino. El ex Madrid y el del Barca. El merengue y el culé. El de la capital española y el catalán, casi de otro país dentro de la misma España. Camiseta lisa, camiseta rayada. Uno dejó de hablar portugués, para hablar en castellano; el otro dejo de hablar castellano para hablar en catalán. Estuvieron los dos en la misma tierra, en una misma península, pero enfrentados por la historia de dos grandes clubes.


De tanto verlos, escuchar lo que dicen y leer lo que escriben, he llegado a la conclusión de que es irrazonable la comparación. Y ahora sí sostengo aquello que las comparaciones son odiosas rosando, casi, con lo ilegítimo. Comparto con ustedes el por qué siento que es injusto la comparación que el mundo, minuto a minuto, gol a gol, ha hecho, y lo seguirán haciendo. Estarán siempre a la expectativa de ver quién rompe un nuevo record, de goles, balones de oros, partidos seguidos marcando, sponsors, penales convertidos, asistencia, músculos marcados, etc., etc.


Me baso en decir que es injusta y odiosa la comparación, porque uno es humano y el otro no (al menos no parece). De éste último, muchos decían que era un extraterrestre, pero no. Puedo asegurarles que es de esta tierra. Pero es un cuasi robot, o al menos, lo más parecido a un jugador-robot. Una reproducción casi de ficción cinematográfica de alguna galaxia.


No pongan esa cara que imagino están mostrando, no tiren este artículo, otórguenme la chance de demostrar mi inaudita imaginación y verán que lo que digo puede tener cierta veracidad, y que algunos, muy pocos, han podido comprobar pero no quieren divulgar para que el maravilloso circo del fútbol siga generando estrellas, y sobre todo, montañas de dólares.


Estoy haciendo la comparación de un ser humano con un ¿robot, dije? Bueno. Algunas diferencias he podido apreciar y rescatar para compartirlas.


¿Quién es quién?

La Pulga, Lionel Andrés Messi Cuccittini, el humano.

CR7, Cristino Ronaldo dos Santos Aveiro, es el robot que yo creo que es.


· Un ser humano cuando llora tiene un nudo en la garganta, se le cierra el estómago y no mira las cámaras de televisión, ni se busca en la pantalla gigante del estadio. Un robot suelta un líquido por sus mejillas y sin llegar a mojarlas, se mira en la pantalla gigante.


· Un ser humano cuando se ríe, no busca los reporteros para la mejor toma de la tapa del lunes. Un robot busca al fotógrafo de su revista partidaria, mientras acomoda su jopo.


· Un ser humano cuando festeja un gol, busca a sus compañeros porque es la alegría de todos. Un robot sale disparado al rincón del córner para festejar solo, ni siquiera con sus admiradores.


· Un ser humano habla utilizando el nosotros, somos, todos, marcamos, hicimos, ganamos, nuestro equipo. Un robot monologa con los mí, los yo, yo soy, yo hice, yo marqué, yo gané, mi presencia, nunca fallo.


· Un ser humano hace un gol por pase de un compañero, y en el festejo lo señala compartiendo la asistencia que terminó en gol. Un robot, al convertir, se golpea el pecho mirando la pantalla gigante.


· Un ser humano cuando hace un nuevo gol, se besa el escudo del club bordado en la camiseta. El robot señala con sus pulgares su nombre en el dorso de su camiseta.


· Este ser humano visita a los hospitales con sus compañeros de equipo por iniciativa propia. Un robot visita al hospital por sugerencia de uno de sus sponsors.


· Un ser humano se casa con la piba del barrio. El robot tiene relaciones con sus semejantes del club de fans, hasta encontrar una posible madre para sus descendencias.


· Un ser humano lleva de vacaciones al padrino de uno de sus hijos. Un robot elige algunos de sus consecuentes con una deplorable condición física para resaltar aún más su increíble físico casi intangible.


· Un ser humano cuando sufre se paraliza. Un robot se tilda.


· Este ser humano comenzó con demasiados problemas en su salud apenas iniciaba la adolescencia en su barrio natal, Las Heras, Rosario. El robot comenzó a ser gestado en Madeira, con la intención inicial de ser el mejor del barrio de Funchal.


· El ser humano desde La Masía comenzó a llenar de asombros a todos. Un robot comenzó a ser perfeccionado en el Andorinha para hacerle competencia.


· Este ser humano siempre usa la misma “ropa de trabajo”, como agradeciendo por lo de las vacunas, entre otras cosas. Un robot usa la ropa dependiendo de su dueño, a donde pagan más para verlo en acción.


· Un ser humano se enferma, se lesiona, lo curan, y vuelve a jugar. Un robot no se lesiona, cuando se rompa, lo cambiarán por otro.


· El ser humano cuando deje de entrenar, será un gordito más, como nosotros. Un robot no engordara, se oxidará por tanto egocentrismo y ambición.


· Un ser humano come asado los domingos y toma mate con sus amigos en el vestuario. Un robot come el sabroso bacalao ‘á braz’ (su comida favorita) y lo acompañado con bebidas isotónica en el entretiempo para reponer los carbohidratos y los electrolitos.


· El humano se hace poner los nombres de sus hijos en los botines. Un robot usa botas con bordados dorados resaltando los años de las obtenciones de sus balones de oro.


· El humano puede llegar a ser un crack del balompié, pero casi sin proponerse superar a sus antecesores. Así y todo, tal vez los supere. Un robot siempre se siente mejor que los anteriores, y tal vez de los que puedan llegar a venir.


· Un ser humano siempre pensara que en su tierra saldrá otro como él, y tal vez mejor. Un robot nunca podría imaginarse alguien como él.


· El humano se raspa y le sale sangre, le ponen una curita y sigue. Un robot se raspa y lo curan con la gotita.


· Un ser humano anda desprolijo y se deja la barba para pasar desapercibido. Este robot no quiere pasar desapercibido.


· Un ser humano que se tiñe de rubio luego de una dura derrota, “para comenzar de cero”. Un robot está a punto de firmar un nuevo contrato con una empresa que fabrica un gel incoloro.


· Un ser humano llega tarde al entrenamiento porque le bajaron la persiana y el sol no lo despertó. Un robot siempre llega puntual porque su manager (casi creador) lo llamo puntualmente.


· Al ser humano lo dejo a pata su auto por algún problema mecánico. Hizo dedo hasta su casa, alguien lo acercó. En tal caso, el robot llamaría a su representante para hacerle juicio a la compañía de autos.


· Un ser humano sueña con jugar en el club del Parque Independencia en el que nunca pudo hacerlo en Primera División. Un robot piensa seguir aumentando su fortuna comercializando su imagen, sin importar la camiseta.


· Un ser humano es criticado por sus propios hinchas de selección, y admite sus fracasos individuales. Un robot no admite críticas y aduce que las derrotas con el uniforme de su país es por consecuencia y acción del resto de los jugadores con su misma casaca.


· Un ser humano tiene la misma cantidad de huesos, y sobre todo de músculos que cualquier mortal. Un robot tiene más músculos, y cada vez le aparece uno nuevo en sus demostraciones, tipo Hulk, luego de cada gol convertido, por él cibernético, obvio.


· Un ser humano hace un gol y forma un corazón con sus manos. Un robot hace un gol y salta abrazándose solo.


· Un ser humano publica fotos de sus hijos junto a su madre. El hijo del robot publica fotos de su padre.


· Un ser humano se deja hacer los goles jugando con su hijo en el jardín. Un robot le grita los goles a su hijo en la cara.


· Por el ser humano ofrecieron 700 millones de euros para cambiarlo de club. Les dijo que no. Un robot está esperando recibir una oferta con esa cifra para besarse otro escudo.


· Un ser humano es buscado por un chárter que le puso su club para que regrese más rápido luego de un partido por las eliminatorias. Este ser humano cargo en ese chárter, sin pedir permiso, a sus compañeros de selección, llevándolos a los países donde juegan, unos en Francia y otros en Inglaterra. Un robot contrato un chárter para él y su masajista-mecánico.


· El ser humano es de por acá, y si lo invito, capaz juguemos un partido a las bochas juntos. Un robot es de por allá, y no me deja seguirlo en twitter.


· Para la próxima Navidad, el ser humano está por sorprender a sus hijos disfrazándose de papá Noel. Un robot ya le aviso a su hijo que los regalos de Navidad los entrega él, porque él es el que los compra.


· Un ser humano se baja las medias cuando se cansa. Un robot se baja las medias para mostrar los gemelos.


· Si el equipo del humano es favorecido con un penal, va y lo patea, pero si se lo pide un compañero no tiene problema en ceder el disparo. El robot siempre lo pateará él para engrosar su casillero de goles, haciendo oídos sordos a los pedidos de algún compañero.


· Un ser humano tiene la foto de sus hijos en sus canilleras. Un robot tiene la foto de su Ferrari en una canillera, y la de su yate en la otra.


· En la cena de su primer contrato el ser humano pregunto lo que contenía su plato. Era una paella. El robot reclamó por la demora de su caviar.


· El humano recibe cartas de niños queriendo ser como él. Los alienta a trabajar porque todo se consigue. El robot también recibe cartas, pero se las devuelve a los niños porque no deben soñar con ser como él porque es algo que nunca lograrán.


· El ser humano jugando a la pelota es un fenómeno, un fuera de serie. El robot desplegándose por el campo de juego tratando de hacer su gol, es un fuera de serie, un fenómeno.


· Para ver jugar a la pelota a un ser humano, hasta me colaría si no tengo plata. Para ver a un robot, debo pagar la entrada, sí o sí. Si no tengo plata, lo siento, no voy.


Si tengo que elegir entre uno u otro, no tengo dudas, voy a ver a cualquiera de los dos. Ambos son crack.

Al robot lo voy a ver, por supuesto, si me paga la entrada, el catering del entretiempo, la limusina para llegar al estadio, palco vip, y que me asegure una entrevista al finalizar el partido. ¿Con él? No, no, con Valdano, Zidane o Sergio Ramos, o Bufón.


¿Y para ir a ver al ser humano? no te hagas problema pibe, de alguna manera llegaré, iré a la popular y en el entretiempo me como el chori que llevo de casa. Y fíjate, voy a estar en la esquina del córner con la bandera en que se podrá leer “Gracias Pulga por la magia, si quiere y cuando pueda, Pibe Leproso, vuelva, te estamos esperando”.


Tu nombre es Cristiano, y eres admirado por tus seguidores merengues, juventinos o los diablos de Manchester. Pero nunca podrás ser el Messi…as, el venerado, amado y protegido por el común de la gente sencilla, más allá de Cataluña y de medio Rosario.


El humano, Messi, sabe que Dios, es cristiano.

El robot, Ronaldo, cree que Cristiano es Dios.


Dos de otra galaxia. Dos fenómenos. Casi extraterrestres. Uno, casi robot.

Los dos humanos. Los dos juegan el fútbol de hoy, y del que vendrá.

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