En estos tiempos, como nunca antes, las estadísticas, los estadistas y algunos periodistas de la tv, parecieran dominar al fútbol. O al menos nos quieren hacer creer que son más importantes que los de pantalones cortos.
La cantidad de córner a favor, las pelotas perdidas, los pases bien dados, los chicles que mascan los DT, y muchos rubros más, son llevados puntillosamente por el sin número de ayudantes que tienen los DT en sus cuerpos técnicos, tratado al fútbol como si fuera una ciencia desconocida, de otra galaxia, sin saber, tal vez, que es un juego de pelotas, por momentos arte, y tratando, además, que sea un espectáculo.
¿Las estadísticas son necesarias? “Sí”, me contestaron algunos colegas. “Ayudan a disminuir ciertos errores, y prevenir que te sorprendan”, comentan con cierta lógica, y resignados a las planillas del Excel, en las que dos por dos, nunca es gol. “Definitivamente, sin ellas no se podría jugar”, enfatizan exageradamente los que tal vez no conocen de la esencia del juego, de que esto, el fútbol, el juego de la pelota, es la dinámica de lo impensado, que por más al dedillo tengas estudiado al rival, un gol de treinta metros te posterga todo lo planificado, y los drones espías deban hacer un aterrizaje forzado.
Pero si de número declamamos, de números hablemos, pues. Números de años y de edades, de esos que están dentro de los longevos jugadores que se niegan a quedarse en su casa para sacar a pasear la mascota, o para ir a reuniones escolares. Aunque a decir verdad, estos protagonistas ya debe tener los hijos en alguna universidad, o al menos en la nocturna, así y todo, cada día se levantan, arman su bolsito, y rumbean hacia el entrenamiento.
Experiencia, y más que eso
Estos son algunos de los jugadores que se retiraron muy veteranos, y otros que siguen jugando de la mejor manera, y con la mayor pasión:
Lucas Matías Lich, 1981, 40, Gimnasia y Esgrima La Plata. Jose Gustavo Sand, 1980, 41, Lanús (un año más que Luis F. Zubeldía, su DT actual, 1981). Damián Emilio Akerman, 1981, 41, Argentino de Rosario (actualmente en Morón). Maximiliano Rubén Rodríguez, 1981, 40, Newell´s Old Boys. Mauricio Ariel Caranta, 1978, (se retiró 2021 en Talleres, 43). Santiago Martín Silva Oliveira, 1980, 41, Central Español-Argentinos Juniors-Libre (esperando purgar sanción doping para volver a jugar). Sebastián Alberto Torrico, 1980, 41, San Lorenzo. Carlos Alberto Tévez Martínez, 1984, 37, Boca Juniors. Juan Manuel Cavallo, 1981, 40, Sportivo Belgrano (activo en Deportivo Marquense, Guatemala). Nelson Martín Ibáñez, 1981, 40, Godoy Cruz Antonio Tomba. Juan Ignacio Mercier, 1980, 41, Mitre Santiago del Estero. Sebastián Bértoli, 1977, Patronato (se retiró en 2019, 42). Rodrigo Braña, 1979, Quilmes (se retiró en Estudiantes LP, 2019, 40). Nereo Ariel Fernández, 1979, 42, Atlético Rafaela (Libre). Pablo Horacio Guiñazú, 1978, Newell´s (se retiró en Talleres, 2019, 41). Ubaldo Matildo Fillol, 1950, Quilmes (se retiró en Vélez Sarsfield, 1990, 40). Hugo Orlando Gatti, 1944, Atlanta (se retiró en Boca Juniors, 1988, 44). Pedro Catalano, 1951 Deportivo Español (se retiró en Arsenal, 1996, 45). Edgardo Norberto Andrada (f), 1939, Rosario Central (se retiró en Renato Cesarini, 1982, 43). Ricardo Enrique Bochini, 1954, Independiente (se retiró en 1991, 37). Amadeo Raúl Carrizo (f), 1926, River Plate (se retiró en Millonarios, Colombia, 1970, 44). Carlos Fernando Navarro Montoya, 1966, Vélez Sarsfield (se retiró en Tacuarembó, Uruguay, 2009, 43). Ángel Amadeo Labruna (f), 1918, River Plate (se retiró en Platense, 1961, 43). Juan Sebastián Verón, 1975, Estudiantes La Plata (se retiró en 2017, 42). Christian Gustavo Gómez, 1974, Nueva Chicago (se retiró en 2019, 45). Zlatan Ibrahimovic, 1981, Mamo FF, Suecia (actualmente en el Milán FC, Italia, 40). Kazuyoshi Miura, 1967, Santos FC, Brazil (actualmente en el Yokohama F. C, Japón, 54). Stanley Matthews (f), 1915, Stoke City F.C., Inglaterra (se retiró en 1965, 40)
Terminó el Mundial ‘78
Hacía días que se hablaba de un gol redondo, en su cifra, ya que no fue Fernando, justamente, el que lo convirtió. Era el gol 1000 en los Mundiales. El mismo se había convertido en nuestro país cuando se desarrollaba el Mundial de 1978. La conquista se produjo en el estadio Malvinas Argentinas de Mendoza por un jugador de los Países Bajos (antes era Holanda, u Holland para los fixture). Pieter Robert Rensembrink fue el tulipán que marco el gol, aunque de poco sirvió en aquel partido, ya que Escocia, cuando jugaban al fútbol en serio (o sea, con whisky del bueno) los vencieron 3-2, sin que esta derrota les impidiera llegar a la final.
Se iba aquel domingo 25 de junio de 1978, muy frío, pero espontaneas caravanas seguían girando en los pueblos, o en cada barrio de las ciudades de nuestro país. Todavía se escuchaban las algarabías en cada plaza, sin saber lo que sucedía detrás del fútbol, el que se estaba llevando todo puesto.
Muchos eran el Pato Fillol, sin tener su buzo verde #5. La mayoría hablaba en cordobés por el guaso Kempes. Otros simulaban ser el gran capitán, Daniel Passarella, emulándolo al levantar una botella de vino, en lugar de la copa de oro lograda por nuestra Selección Argentina.
Ya era 26 de Junio de 1978, y en Mendoza ya no se recordaba aquel gol 1000 del holandés (ese flaco rubio que también nos pudo dejar sin festejo ecuménico si su repentino remate no hubiese pegado en el poste). Menos lo rememoraba alguna familia de Lujan de Cuyo que estaba ansiosa esperando el nacimiento de un próximo integrante.
Cristian David Lucchetti nació el 26/06/1978, cuando los papelitos del manco Clemente (del genial Caloi), todavía remolineaban en el Monumental. El Laucha llegó, pero esta vez no con el pan bajo el brazo, sino, con guantes y un paquete de fideos.
Hoy tiene casi 43 años, y aunque haya tenido su estreno en el Sur, parece que terminará su carrera en el Norte. Lucchetti sigue en actividad después de aquel debut, en el fútbol grande, en 1996 con la camiseta del Taladro, el C. A. Banfield, en el que ya se decía que iba a tener mecha por mucho tiempo. Actualmente sigue atajando en Atlético Tucumán, y degustando las mejores empanadas de esa tierra, las de matambre cortado a cuchillo.
De números viven los estadistas. Números les comparto.
13. Los mandatarios presidenciales del país que vio pasar desde su nacimiento (desde la rata Videla a (…) Fernández, y tal vez alguno más que fue al baño y aún no regresó). 13, cuando en realidad debieron ser 8.
6. La cantidad de camisetas que Lucchetti ha vestido (Lujan de Cuyo – Banfield – Santos Laguna - Racing Club – Boca Juniors – Atlético Tucumán), pero un solo pantalón y largo buzo negro.
4. Es el número de divisiones en las que jugó, lo sigue haciendo (Liga Mendocina de Fútbol – Primera División - Nacional “B” – Liga MX México), además de los torneos internacionales.
42. Es su edad, que son más que sus 41 tarjetas amarillas recibidas hasta hoy.
10. Son los penales que lleva atajados, y 24 penales en los que se arrojó en sentido contrario.
20. Los goles convertidos, y 37 son los que hubiese podido hacer a no ser que lo despertaron en varios sueños.
82. Son los años a lo que catalogo como el penal “más viejo” del fútbol argentino. El pateador, Pepe Sand, 40 años. El arquero, Laucha Lucchetti, 42 años.
Logró 3 títulos (Banfield -2-, y Atlético Tucumán), que son más que las 2 expulsiones en su carrera. Pero sin dudas su más importante vuelta olímpica es la que dio en la vida, en la lucha diaria contra su diabetes, siendo insulinodependiente desde el inicio de su carrera, viviendo como atleta de alto rendimiento, dando así una lección de superación y agallas ante este verdadero gol en contra que le hizo (les hace también a sus pares), la vida.
Muchos números, y estadísticas como les gustan a algunos colegas, como no tanto son los años tiene Cristian David para seguir con esta ilusión. Pero el Laucha no se entrega, no cae en la trampa, aunque el queso para los conocidos tallarines, lo esté tentando más que a Stuart Little.
Veteranos por el mundo
En innumerables Ligas de todo el mundo se siguen viendo, y disfrutando, jugadores con muchos años de vestuarios. Frotándose con aquel linimento verdoso y oloroso, el aceite Esmeralda; enrollando las vendas, hasta disimulando alguna nueva várice. Siguen jugando de manera profesional, o gratis, pero en torneos federados, desafiando a los almanaques y a los minutos que suman sentados en los bancos de sustitutos, contando anécdotas, y hasta sugiriéndoles alguna movida táctica a su DT de turno.
De todas maneras, lo del Laucha Cristian David Lucchetti, está lejos de los registros que figuran en la Guía Guinness de los récords. Aquel caso es simbólico, pero Salvador Reyes disputó un minuto con 71 años en un partido oficial de la liga mexicana, el 19 de enero de 2008. Se había retirado en 1972, pero ese juego le valió para ingresar al famoso libro. También sucedió con el arquero israelí Isaac Hayik, quien con 74 años disputó un partido oficial en la liga de Israel a modo de homenaje.
En nuestra provincia de Córdoba, Argentina, uno de los casos de jugadores longevos, muy conocido por mí, ya que fuimos compañeros, se suscitó en el Club Sarmiento (uno de los clubes más pobres del mundo, sino el más, según las propias palabras del protagonista).
Esta institución participa en la Liga Regional de Fútbol de San Francisco (Córdoba – Argentina), y el jugador al que hago referencia es Daniel Omar Prandi (1961 – en actividad). Un volante derecho que debuto muy joven, a los 14 años en 1975 (su último partido oficial, 1999) en la mencionada institución de Santiago Temple, con un paso por C. A. Huracán, Los Luminosos del barrio La France, de la ciudad de Córdoba (el club del querido y recordado J. L. Cucciufo (f), el del pecho inflado).
Este jugador, Prandi, según lo que me sigue contando, no se ha retirado del fútbol, y ya llegó a los 60 años. Lo que pasa, como él bien se encarga de remarcarlo, un tanto compungido, “no me llegan ofertas”.
Le costó mucho a la institución no contar más con este jugador. Aunque muchos impulsaban su retiro obligatorio, sobre todo los padres de aquellos juveniles que se veían tapados por este interminable #8. Es más, en varias oportunidades distintos DT y presidentes del Club Sarmiento, que no fueron pocos tampoco, le pedían que se retirara, que todo estaba listo para su partido homenaje, pero nada, el seguía jugando, y de buena manera, con compañeros que podrían haber sido sus hijos por las diferencias de edades.
No había manera, y no sé si algún motivo, para que lo dejaran afuera de la lista de convocados. Aunque la principal razón de no poderlo marginar del listado de jugadores citados, era por el sencillo argumento que el Club Sarmiento contaba con un solo juego de camisetas, y Prandi, más conocido como la Gallina, se llevaba la camiseta #8 a su casa, la tradicional blanca y azul a bastones verticales, siempre, por miedo de que, precisamente, lo dejaran afuera, que es lo que muchos querían. Entonces mi amigo demostraba que con sus años, era más zorro que gallina.
Pero la triste tarde del retiro llegó. Sin decirle nada, y con el plantel comenzándose a cambiar para cumplir con el partido programado, fue mayúscula la sorpresa que se llevó Prandi cuando saco del bolso su camiseta #8, al ver que el resto lucía las viejas camisetas, como la de él, pero de color rojo.
El presidente había mandado a teñir aquellas remotas y deslucidas, pero únicas camisetas, para que de esta manera el árbitro no dejara ingresar a Prandi al campo de juego por no contar con la indumentaria acorde al resto del equipo.
Sigue la Gallina Prandi ilusionado en la llegada de alguna oferta, con la sincera promesa, ante la sugerencia de su representante, de no llevarse la camiseta #8 a su casa, y a la espera de ser vacunado contra esta maldita pandemia.
Para todos ellos, por tantos colegas desparramados en cada cancha de nuestro país, tratando de despuntar este vicio, esta tentación imposible de abandonar. Para todos los que se juntan los días sábados en algún picado de solteros y casados, los gordos bancarios, los flacos albañiles, o los que siguen ilusionados con llegar aunque tengan 35 años. Para ese compañero que vos conoces, sí, ese que sigue jugando en el club de tu barrio tan bien como el Laucha Lucchetti, o como la Gallina Prandi, al que no se animaban a decirle basta.
Para todos nosotros, los que nunca dejamos de pensar como jugadores.
NR: pueden contribuir con las estadísticas, y/o correcciones de cifras y nombres.
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